EL BARRANCO DE HORTOLA

14/02/2016

Encina (Quercus ilex)


Pinzon vulgar (Fringilla coelebs)



El día amaneció muy ventoso con unos frescos 8ºC, para evitar la molestia del viento decidí realizar un trayecto a cobijo de uno de los bosques mejor conservados de Requena. Dejé el coche antes del caserío del Carrascalejo, un poco antes del  kilómetro 2 de la CV- 442 de la carretera a Casas del Río. Campos de olivos y un pinar se abren para albergar una preciosa dehesa con encinas (Quercus ilex) centenarias y vetustos almendros (Prunus dulcis) muchos de los cuales estaban en flor. Dentro del pinar un grito de alarma de un Arrendajo común (Garrulus glandarius) delató mi presencia a un Carbonero común (Parus major).


Casa de El Carrascalejo








Siguiendo la Vereda Real llegué a la casa del Carrascalejo que está en ruinas pero todavía sirve de buen ejemplo de la arquitectura tradicional, esas casas de labor aisladas donde unos “señoritos” y varias mozos con sus familias les servían alojados en otras casas menores, conseguían poner en cultivo tierras alejadas de las aldeas. Entre las tejas un Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) agitaba su cola mientras los cantos de un Escribano triguero (Emberiza calandra) marcaban el territorio ya que muy pronto empezará su reproducción.

Bosque de pino Carrasco (Pinus halepensis) 





Dos enormes ciprés mediterráneo (cupressus sempervirens) 
marcan la senda que se adentra por uno de los mejores pinares de la comarca, el árbol dominante es el pino Carrasco (Pinus halepensis) acompañado de algunas añosas encinas (Quercus ilex), empecé a bajar por el barranco que es domino de una pareja de azor (Accipiter gentilis) que rara vez se dejan ver y siempre de manera fugaz, así hacen honor a su sobrenombre de fantasma del bosque. Entre la espesura se oía un Petirrojo (Erithacus rubecula) que se dejó ver solo un instante, pero centró mi atención una Ardilla (Sciurus vulgaris) en lo alto de un pino junto al sendero.


Encina





fuente de El Carrascalejo



Unos metrós más y llegué a una pequeña fuente medio oculta entre zarzas y juncos, la humedad que aporta permite la presencia de un bosquete de álamo blanco (populus alba) entre los que revoloteaban dos Mito (Aegithalos caudatus). Siguiendo valle abajo se abre el pinar donde antaño habían fértiles huertos y ahora  entre zarzas encontramos grandes nogales (Juglans regia) alguna higuera (Ficus carica) y chopos (Populus nigra), en las ramas jugaba un Mosquitero común (Phylloscopus collybita). Continuando el camino enseguida llama la atención las verdaderas joyas botánicas de este lugar, unos enormes quejigos (Quercus faginea) que rondaran los 500 años. El valle se abre más y entre terrazas de huertos abandonados encontrarmos almeces (Celtis australis) que antaño servían para hacer aperos y hoy sus frutos dan alimento al picogordo (Coccothraustes coccothraustes) del que solo pude observar un ejemplar. Entre las zarzas una Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) jugaba conmigo al escondite mientras otra ardilla (Sciurus vulgaris) con sus orejas tiesas y cara inquieta me espiaba.


El sendero desciende sin pérdida


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Álamo blanco (populus alba)



De regreso por el valle al norte, por la vereda real de La Muela, dejando atrás el caserío en ruinas de Hortola, se llegué a la fuente de la Carrasca que abastece de agua potable a la aldea de La Portera. Un Gavilán común (Accipiter nisus) domina este valle y se poso en los pinos del cerro mientras un bando de 25 Jilguero europeo (Carduelis carduelis) entraban a beber a la fuente. Seguí ganado altura por este valle que sufrió un incendio en 1997 por culpa de un rayo, hoy la vegetación pugna por cubrir estas pobres tierras que son muy sensibles a la erosión. En el camino empinado encontré 8 filas de Procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) que se alimentan de los pimpollos que crecen apretados tras el paso del fuego.

Quejigo (Quercus faginea) 

Nogal (Juglans regia)


De nuevo en el llano dejé atrás Casas Nuevas otro caserío grande que si está habitado, además grandes campos de almendros hay una enorme plantación de olivos (Olea europaea). Entre los almendros cantaban varias Alondra totovía (Lullula arborea) mientras un Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) prospectaba cernido en busca de alguna presa. En un campo donde verdeaban los primeros brotes de cereal observé Pinzon vulgar (Fringilla coelebs), Serín verdecillo (Serinus serinus) y un tímido Zorzal común (Turdus philomelos) que salió a refugiarse en un olivo. Unos metros más y completé la ruta regresando al lugar de partida tras recorrer 4.76 Km.


Ardilla (Sciurus vulgaris)






Punto de partida y llegada.
39° 21' 32.52"N
1° 7' 10.15"O
Distancia Recorrida 4.76 Km

UTM YJ65 A





Texto y fotos de Rafa Muñoz.







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