JAVIER ARMERO
IRANZO armeroiranzo@yahoo.es
El domingo 15 de
noviembre de 2015 Pablo Ruiz y yo realizamos un recorrido ornitológico por la
sierra del Negrete (Utiel) con la intención de detectar la invernada de aves
propias de ambientes de montaña. El día tuvo unas inmejorables condiciones
meteorológicas debido al potente anticiclón instalado en la Península Ibérica
estos días, por lo que tuvimos un sol radiante y una visibilidad estupenda para
la práctica ornitológica.
Sierra del Negrete (Utiel). Vista panorámica desde la cumbre.
Foto: Javier Armero
Las fechas eran las
adecuadas para confirmar la arribada de especies más propias de otras latitudes
típicamente septentrionales que por ahora aparecen en nuestras montañas
mediterráneas. Todos los años, en mayor o menor medida, aparecen especies
típicas de montaña o de bosques centroeuropeos o incluso de la taiga más
norteña.
La ermita de Nuestra Señora del Remedio se localiza en plena sierra del Negrete (Utiel).
Foto: Javier Armero
Así que en unos paseos
realizados en determinadas zonas de la sierra en principio apropiadas para
acoger este tipo de fauna tan específica pudimos detectar a cuatro especies muy
interesantes a nivel comarcal. En concreto pudimos observar a 2 reyezuelos
sencillos (Regulus regulus) que
estaban en revoloteando entre las ramas de unos pinos carrascos (Pinus halepensis). Es un pajarillo de
diminutas dimensiones y que cuesta mucho de ver, ya no sólo por su tamaño sino
por su comportamiento extremadamente nervioso y activo que recuerda en cierto
modo al deambular de un colibrí entre las ramas medias y altas de los árboles.
Ave propia de los bosques de coníferas del centro y norte de Europa, suele
asociarse a otros grupos de pájaros forestales como reyezuelos listados (Regulus ignicapilla) (más comunes en la
comarca y que llegan a criar en sus principales formaciones boscosas) y páridos
como carboneros garrapinos (Periparus
ater) y comunes (Parus major) y
herrerillos capuchinos (Lophophanes
cristatus) (y otras aves como mitos (Aegithalos
caudatus) e incluso agateadores europeos (Certhia brachydactyla).
El reyezuelo listado es uno de los pájaros más habituales en los pinares de la sierra del Negrete.
Foto: Javier Armero
También hubo suerte en
detectar la presencia del picogordo (Coccothraustes
coccotrhaustes), de los que al menos había otros dos ejemplares buscando
los frutos de los almeces (Celtis
australis) por los que siente especial predilección. Esta es un ave bien
repartida en otoño e invierno por sierras y barrancos donde existan arboledas
de fruto como éstos, pero siempre en muy bajo número. Este año, la fructificación
del almez es muy buena, por lo que presumo que todavía se sedimentarán más
ejemplares de los que aún no han llegado a la comarca provenientes de zonas más
frías.
Picogordo fotografiado en una encina.
Foto: Javier Armero
En cuanto a la tercera
especie de interés, el zorzal alirrojo (Turdus
iliacus), pudimos observar un grupo de al menos 21 individuos. Supone la
primera cita para el otoño en nuestra demarcación. Conforme llegan las semanas
más frías del año, este tordo típico de los bosques boreales del norte de
Europa (Rusia y Escandinavia, principalmente) se hace más numeroso en la
comarca. Su reclamo característico que emite en vuelo y sus vistosos flancos
rojizos y diseño de la cabeza con listas muy marcadas le hacen inconfundible
con respecto al más abundante y ubicuo de los zorzales, el común (Turdus philomelos).
Ejemplar de zorzal alirrojo capturado para su anillamiento científico.
Foto: Javier Armero
Por último, y otro año
más, confirmamos la querencia del acentor alpino (Prunella collaris) por los escarpes rocosos de la cumbre del
Negrete que, con 1310 m sobre el nivel del mar, constituye la mayor altitud de
toda la comarca, y de la que la vista en ese día tan claro y fue realmente
sublime. El acentor alpino habita en época de cría los pisos alpinos de las
principales cordilleras del sur y centro de Europa (Alpes, Pirineos, Cordillera
Cantábrica,…) y con la llegada de los primeros fríos realiza una migración
altitudinal y latitudinal que los hace dirigirse a otras formaciones montañosas
menores y de carácter más térmico, como la sierra del Negrete, por ejemplo.
Cumbre de la sierra del Negrete (1310m).
Foto: Javier Armero
Aparte de estas cuatro
joyas de la ornitofauna comarcal, la jornada nos dejó muchas observaciones de
otras especies más habituales, pero no por ello interesantes y agradables. Y
como agradable fue también la posibilidad de recorrer y disfrutar de una sierra
con inmejorables vistas y con formaciones paisajísticas llenas de vida en estas
fechas otoñales en las que nos encontramos.
Acentor alpino en plumaje invernal.
Foto: Javier Armero
JAVIER ARMERO IRANZO
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